sábado, 1 de diciembre de 2012

HUELGA


EL CONCEPTO: HUELGA.



Inquietante y conmovedor.


Propongo observar el hecho de la huelga desde un modo objetivo; aparentemente imposible, sabiendo todo lo que subyace en ese concepto y en la historia en sí. Veamos. Imaginad que sois una especie de ente capaz de divisar desde parámetros más  superiores que los demás humanos. Me refiero en altitud. Como un plano panorámico.

Ahora, un análisis de la situación conviene propicio. Usted puede comprobar cómo seres se agrupan, se alimentan y se reproducen. Luego también puede entender y aceptar la jerarquía-estructura que permanece y, evidentemente, no en segundo plano.
Han venido unos señores muy encorbatados con sus maletines y complejos de magnificencia. Son los propietarios de miles de instituciones absurdas, los encargados de pintar de colores fronteras político-administrativas en los mapas, dueños de códigos morales y de todas las posesiones del populacho adquiridas no más que por lucro también de dichos caballeros. Además, no sólo eso, puesto que también se conceden el honor de poseer el destino de miles, millones e incluso billones de vidas.

      El pueblo o clases de menos distinción, véase como quiera, sobrevive o vive dentro del complejo arquitectónico que la urbe –muy bien pensada, también– le proporciona. Hay diferentes tipos de organización para la vida en grupo; pero es apreciable que normalmente son familias de tipo patriarcal. Se entiende muy revelador, puesto que solo por el suceso de tener un sexo determinado se le concede más poderío a una clase de humano desde épocas inmemoriales.
Luego, los humanos para cubrir las necesidades básicas, obtener cosas y confundirse con lo que poseen, van al trabajo asalariado. Más bien en lo que les permiten trabajar otros señores que deciden quién obra y por qué cantidad de capital.
Ya se puede entrever qué clase de defecación atolondrada tienen que soportar estos animales a diario, excremento mental posesivo; y  existen, asimismo, controladores perpetuos cubiertos de heces envinagradas. Están todos enjaulados y explotados, física y mentalmente.
A más inri si sufren algún tipo de anomalía en el organismo tienen que ir al médico, el cual hace falta pagar. Directa o indirectamente. Pagar con dinero, también llamado capital y que si no lo posees puedes morir feliz y exuberantemente.
También, para el conveniente desarrollo de los humanos pequeñitos hay algo llamado educación (dominado otra vez por los encorbatados y el estado), destinado al desarrollo y a la futura manipulación de las personas que crecen.
En estas condiciones, usted que está mirando desde esta extraña perspectiva, podrá caer en la cuenta de que los humanos sufren constantemente por no poder ser los artífices del control de sus propias vidas; y porque, conocieron una palabra llamada “libertad” la cual nunca pudieron experimentar el concepto y se morirán sin hacerlo.  Estos entes están todos locos, son unos lunáticos –sin distinción de clases– y tienen estrés y depresiones a causa de la resignación.
Resignación porque les están quitando la facultad de humano y lo único que pueden hacer para escapar de esta tortura es el suicidio. Matarse a sí mismos y quizás así poder conocer algún tipo de liberación que no sea concedida por otros.
       Sabiendo más o menos, la organización que se produce a niveles generales en un lugar determinado, es muy probable que llegue la situación en la que los señores (sometidos al capital directamente y causa de sus decisiones) poseedores de todo, les quiten aún más posibilidades a los resignados o zombies en vida.
Usted tampoco necesitará gran esfuerzo para percibir el apogeo de injusticias que todo reconcome sin piedad. Y ellos, los del pueblo, invadidos sin misericordia por la evasión creada para que no puedan llegar a conclusionar: deciden salir a la calle a gritar.
Ahora se produce el hecho, también social, huelga general. Cuando los explotados del hemisferio norte –que se diferencian del hemisferio sur porque se creen envueltos en un halo de bienestar– se dan cuenta momentáneamente de su situación, comprenden que han de reivindicar algo.

¿Pero reivindicar qué? Se me llena el estómago de ansiedad al formular esta pregunta.    

Desde un plano panorámico en las alturas se ven a miles de personas en la calle, ocupando todos los resquicios de la vía, chillando y con carteles con sus peticiones y críticas. Desde aquí arriba usted también se puede preguntar, al igual que yo, a quién gritan tanto estas personas desde las calles.
Al terminar el periodo de la huelga, a veces quedan algunos más conscientes de la condición de esclavos global o simplemente más ofuscados, que se hacen más de rogar antes de irse a la cama. Estos queman contenedores (depósitos grandes de basura) e intentan retar a los anteriormente nombrados: controladores cubiertos de heces envinagradas (también conocidos como policías). Sin embargo, a medida que aminoran las horas se estima que ya no queda nadie en la calle. Que ya están en la cama, dormidos o trabajando; o viendo la televisión –esto es un aparato calificable de nuevo en el que la evasión circense es irremediable–  para saber qué dicen las autoridades de dicho espectáculo en la urbe.
Ahora usted lo ha visto, estoy seguro; usted ha comprendido que todos estos organismos, seres, individuos, sujetos, colectivos, grupos o como le guste a usted llamarlo; han salido a la calle, más que para obtener algo, lo han hecho para un tipo realización personal.  
Vuelvo a reafirmar el concepto: realización personal; porque parece que no saben que son miles, millones, billones, trillones o la humanidad entera la que es esclava y endeudada del capital. Y que solo salen a realizarse personalmente, egoístamente, porque luego prefieren irse a la cama a estremecerse y resignarse.
Porque es una verdad absoluta que el inculco, por los señoritos que desean gozar del poder, de que somos seres débiles y llenos de complejos, es irrevocable. Y nos lo creemos y en lugar de hacerles saber que no, que somos seres pensantes; nos sometemos, nos conformamos, abandonamos y lloramos y nos matamos.

Era un ser, un ente, un humano un colectivo o cosa. Eran los de la huelga general y eran los que después de chillar un rato se iban a volver a su hedonismo ilusiorio. 


       _Sebekneferura_

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